Hoy contaré el por qué adoro las mujeres maduras, y un secreto. La llamaré Carmen, y yo Rubén. Ella tenía 40 años, divorciándose de su aburrido maduro y redescubriendo el mundo. Yo tenía 19, super salido y con unas ganas de follar incontrolables. La verdad es que Carmen tardaba mucho en animarse, que si su edad, que si la mía, que si no tenía un cuerpo diez...estaba llena de dudas, pero se la veía con ganas de follar. Ella tenía un salón peluquería, y un día me acerqué casi a la hora del cierre para ayudarla, y de paso magrearnos un poco. Pero yo tenía ganas de mucho más. Le dije si le apet Pročitajte više